jueves, 25 de octubre de 2012

Matrimonio y Trabajo


El estado civil de un empleado no incide en la productividad de su trabajo, pero sí su problemática familiar. Si un empleado está teniendo problemas en su casa -por ejemplo, se está divorciando-, es obvio que repercutirá en su capacidad de ejercer el trabajo con el mismo nivel de energía, concentración y habilidad que un empleado que tiene una vida familiar feliz.

En 1966 las universidades de Harvard, Denver y Carolina del Norte (EE.UU.) realizaron un estudio en conjunto llamado: “Asociación entre problemas maritales y pérdida de productividad en el trabajo, una muestra a nivel nacional”. El estudio buscaba calcular en qué grado los problemas dentro del matrimonio y la familia afectaban la productividad de las personas en el trabajo, particularmente en parejas en sus 10 primeros años de matrimonio. Se demostró que las personas con problemas maritales tenían como mínimo un 24,6 % menos de productividad que personas con una buena relación de pareja (el ochenta por ciento de los matrimonios tienen problemas).

Un estudio realizado en México (por Ian Rieder Fundador de Ímpetus) arrojó que anualmente se perdían 23 millones de horas de trabajo por problemas familiares, lo que representaba para las empresas pérdidas millonarias.

Pero esto tiene una posible solución. Un estudio realizado por el Journal of Marriage and the Family en agosto del 2006 sostuvo que: La asesoría familiar en la prevención de problemas maritales-familiares pueden resultar en un beneficio sicológico y económico importante para las empresas y la sociedad. 

Los efectos más importantes de la mala relación de pareja son: cansancio, bajo rendimiento, mal humor, baja calidad del trabajo, aislamiento, mala relación con los compañeros, impuntualidad, ausentismo, falta de compromiso, problemas de comunicación, trabajar más de la cuenta, accidentes de trabajo, consumo de alcohol o drogas y renuncias inesperadas.
Según el análisis, los trabajadores (especialmente los de sexo femenino) por lo regular externalizan los problemas familiares con sus compañeros más cercanos; por lo que sus actitudes y sentimientos negativos afectan su ambiente laboral.

Por esta razón es que los especialistas plantean la necesidad de que así como es importante capacitar al personal en el desarrollo de habilidades y competencias (cómo hacer mejor el trabajo, cómo tener mejores resultados), también es importante desarrollar competencias para la vida, como por ejemplo cómo resolver los problemas de pareja, porque están ahí y van a seguir estando siempre.

Las empresas deben reconocer que los problemas familiares afectan al ámbito laboral, generando una reacción en cadena y por lo tanto deben tomar medidas al respecto para evitar pérdidas significativas.

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